Naturaleza urbana: las islas de Helsinki

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10 recomendaciones locales para disfrutar de una escapada a la naturaleza sin complicaciones

El archipiélago de Helsinki está formado por unas 330 islas, lo que supone una gran puerta de entrada a exuberantes bosques verdes, playas de arena y una naturaleza costera que podría hacerte creer que estás mucho más lejos de la ciudad. Sin embargo, a diferencia del archipiélago exterior, las islas de Helsinki combinan lo mejor de una ciudad (cafeterías, bares, restaurantes...) con la sensación de estar en el archipiélago.

A muchos habitantes de Helsinki les encanta subirse a un ferri para hacer una visita rápida a alguna de las islas. A continuación encontrarás 10 recomendaciones locales para disfrutar de una escapada a la naturaleza sin complicaciones:

 

Pihlajasaari, «isla del serbal»: playa, acantilados, árboles y praderas

Créditos: Julia Kivelä

A tan solo 10 minutos desde el sur de Helsinki, Pihlajasaari es la isla más popular entre los habitantes de la ciudad para disfrutar de los días de sol en verano. La isla es famosa por sus pintorescas playas de arena y rocas, excelentes para tomar el sol y nadar. Hay una arboleda protegida en Läntinen Pihlajasaari, enclavada entre las rocas. La isla también cuenta con una pradera costera y con diversas especies de aves. Una excelente forma de explorar la naturaleza y la historia de la isla es recorriendo un sendero natural de dos kilómetros.La isla es perfecta para llevarte un pícnic, pero si no quieres tener que estar pendiente de preparar nada, puedes disfrutar de los exquisitos platos del restaurante Pihlajasaari.

Credits: Mariia Kauppi

Vartiosaari, «isla de la guardia»: recogida de bayas y setas

Vartiosaari se encuentra en el archipiélago interior del este de Helsinki, entre Laajasalo y Tammisalo. La historia de Vartiosaari es fascinante: se cree que la isla se utilizaba como lugar de guardia para advertir a los lugareños de ataques inminentes durante la época vikinga. Para ello, se encendía un fuego de advertencia en una colina rocosa situada a 32 metros sobre el nivel del mar. Mil años después, la isla se convirtió en un lugar popular entre la burguesía de Helsinki, que construyó allí sus casas. Hoy en día, la gran abundancia de bayas y setas atrae a muchos visitantes durante los meses de verano y otoño. En la isla hay un sendero natural de 2,5 km, en el que podrás encontrar vestigios de la era glacial: un bloque glacial y una marmita de gigante.

Kaunissaari, «la isla bonita»: camping con servicios

Llegar a Kaunissaari es muy sencillo: no tienes más que subirte a un ferri en Vuosaari. La isla está situada en la cresta del mar y cuenta con unas vistas increíbles. De hecho, Kaunissaari es una de las islas más alejadas de la ciudad (el viaje en ferri dura unos 40 minutos). La isla es conocida por sus extensas playas y sus ricos caladeros. También hay que destacar la gran diversidad de fauna y flora, razón por la que muchos campistas la visitan. La isla tiene espacios para cocinar y se pueden alquilar cabañas. También hay un restaurante donde se puede tomar sopa de salmón ahumado y reservar una sauna. Ojo, no te despistes: hay otra isla llamada Kaunissaari en la región de Kotka. Ambas son islas muy bonitas pero diferentes.

Suomenlinna: naturaleza y patrimonio cultural

Visita la cadena de islas que conforman la famosa fortaleza marítima de Helsinki para disfrutar de una experiencia histórica envolvente que promete también mucha naturaleza. Dirígete a la parte occidental y meridional de la isla de Susisaari, donde se han formado pequeños paraísos entre las rocas y en las diminutas calas. Muchas aves migratorias se detienen a recobrar fuerzas o a anidar en Suomenlinna, como los gansos caretos y los cisnes. Es muy fácil llegar: puedes usar un billete de transporte público y subirte al ferri municipal en la plaza del mercado.

Créditos : Julia Kivelä
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Seurasaari, «la isla de la buena compañía»: descubre las juguetonas ardillas

Seurasaari es una popular zona de recreo en Meilahti, al oeste de Helsinki, a la que se puede llegar a pie cruzando un puente blanco de madera. Te dará la bienvenida una bandada de dóciles patos, y quizás algunos cisnes y gansos, que viven en la isla y están acostumbrados a la presencia de visitantes. En esta isla encontramos una gran variedad de hábitats, con una flora especialmente diversa en su parte sureste. La isla en su conjunto es un gran museo al aire libre, con casas y edificaciones típicas de distintas parte de Finlandia que se han reconstruido por toda la isla a modo de exhibición. Estos edificios deshabitados son el escondite perfecto para los murciélagos durante el día, lo que convierte a Seurasaari en el hábitat de murciélagos más diverso de Helsinki. Aunque no puedas ver a estos animales nocturnos mientras duermen, hay otro pequeño mamífero que es muy difícil pasar por alto: las ardillas. Las ardillas son muy dóciles en Finlandia y la población de Seurasaari es excepcionalmente sociable.

Créditos: Konsta Punkka

Harakka, «urraca»: la isla de las aves y las mariposas

En verano, puedes subirte a un ferri a Harakka desde el muelle de UIlanlinna, en el parque de Kaivopuisto. Esta isla fue en su día una base militar de acceso restringido, pero es hoy una zona de recreo que acoge a artistas y artesanos en los distintos talleres de la isla. En la isla también hay muchas plantas y mariposas poco comunes, además de contar con un número excepcionalmente alto de aves que anidan en ella, por lo que se recomienda a los visitantes que no se salgan de los senderos marcados. El Centro de la Naturaleza de Harakka ofrece actividades e información sobre el mar Báltico, la naturaleza costera y la vida sostenible. Hazte con un mapa y una guía de aves en el Centro de la Naturaleza y explora el sendero natural de un kilómetro. En los inviernos fríos, es posible llegar a la isla a pie cruzando el mar helado.

Credits: Kari Ylitalo

Lammassaari, «isla de las ovejas»: accesible y digna de Instagram

Antes de nada, aclaremos algo: a pesar del nombre, no hay ovejas en esta isla. En realidad, las ovejas viven en la cercana isla de Kuusiluoto durante el verano. Con ovejas o sin ellas, Lammassaari es el lugar perfecto para caminar en la naturaleza y para la fotografía (a menos que lo que quieras fotografiar sean ovejas). Puedes llegar a Lammassaari a pie caminando por pasarelas de madera desde Pornaistenniemi, con hermosos juncos a tu alrededor. Junto con el sendero natural, las pasarelas forman un camino accesible de unos 3,5 kilómetros. Lammassaari forma parte de la reserva natural de Viikki-Vanhankaupunginlahti, y cada primavera y otoño se pueden ver miles de aves migratorias en la isla. También hay cabañas privadas en la zona, por lo que se recomienda a los visitantes que no se salgan de los senderos marcados para proteger la intimidad de los residentes.

Créditos: Jussi Hellsten

Vallisaari, «la isla defensiva»: árboles frondosos y acantilados cubiertos de musgo

Vallisaari es absolutamente única en lo que respecta a la naturaleza urbana. Durante muchos años, Vallisaari fue una base militar cerrada al público, pero luego estuvo abandonada durante casi una década. Esta falta de presencia humana favoreció el desarrollo de la naturaleza de la isla, sobre todo porque el yeso utilizado en los antiguos edificios militares creó un suelo extremadamente fértil. Al pasear por este entorno único, es fácil olvidar que estás a tan solo 15 minutos en ferri de la plaza del Senado, en pleno corazón de Helsinki. Si quieres un recordatorio, desde el mirador que da al mar hay vistas a la ciudad y a la isla fortaleza de Suomenlinna. Vallisaari también cuenta con fantásticas cafeterías de verano y restaurantes que sirven cocina muy diversa, desde comida callejera de Filipinas hasta helados artesanales.

Créditos : Julia Kivelä
Créditos: Julia Kivelä

Lonna: isla pequeña y coqueta

A tan solo siete minutos en barco desde la plaza del mercado, Lonna es un pequeño oasis abierto a los visitantes durante la temporada de verano. En Lonna, el impacto humano sobre la naturaleza ha sido importante. La historia de la isla como territorio militar durante la época rusa se refleja, aún hoy, en las especies vegetales exóticas de origen ruso. En Lonna anidan unas 20 especies de aves, entre ellas la barnacla cariblanca, el eider y la gaviota común. En la isla también tiene su hogar una pareja de cisnes que lleva anidando junta desde hace años, testimonio de la inmensa belleza de la isla, que incluso los cisnes sienten. En la isla hay una fantástica cafetería y un restaurante, que garantizan que no pasarás hambre.

Créditos : Julia Kivelä
Créditos: Mariia Kauppi

Isosaari, «la isla grande»: un viaje nocturno por el agua

Desde la plaza del mercado, puedes embarcarte en un viaje en barco de 40 minutos que te llevará a Isosaari, una isla que goza de vistas a las aguas abiertas. Durante siglos, Isosaari fue punto de referencia para los marineros y base para los pescadores, convirtiéndose más adelante en base militar y centro de investigación. La mayor parte de la isla está cubierta por bosques, pero también encontrarás playas de arena, todas ellas fáciles de explorar gracias a la red de caminos y carreteras de grava. La sauna pública se pone a calentar los días en que llegan los cruceros, así que calcula bien el momento si te apetece probarla. Si quieres pasar la noche, Isosaari tiene diversas opciones de alojamiento, desde el camping hasta un barco hotel. Las cabañas «Nolla», neutras en carbono y de diseño nórdico minimalista, son una opción accesible e interesante para disfrutar del espectacular entorno del archipiélago.

Créditos: Julia Kivelä

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